A menudo, cuando vamos al dentista el profesional que pasa consulta nos pregunta si tomamos muchos azúcares, si bebemos mucho café o si fumamos. Por norma general, estas son las tres causas que más estropean los dientes: en el primer caso porque favorece la aparición de caries, en el segundo porque la dentadura se vuelve de un color amarillento, y en el tercero porque al color desgastado y a la posible aparición de caries se suman problemas bucales como la alitosis o la putrefacción interna de los dientes.
Ahora bien, pocas veces se habla de qué alimentos o hábitos llevan a cabo la acción contraria y resultan beneficiosos para nuestra dentadura. Los alimentos que más favorecen al correcto mantenimiento de los dientes son aquellos que llevan grandes dosis de calcio, como son la leche, el queso o los yogures. Por otro lado, también es importante el consumo regular de flúor. Este forma parte de algunos tipos de té, pero es importante que no contrarrestes su efecto al echarle una excesiva cantidad de azúcar a la taza de té que vayas a tomarte. Para beber, siempre es mucho mejor olvidarse de bebidas con azúcar (esto también incluye a la gran cantidad de refrescos y bebidas energéticas que se consumen hoy en día) y decantarse por el vaso de agua. Además, numerosos estudios parecen indicar que el agua que sale directamente de los grifos de las casas tiene una mayor cantidad de nutrientes beneficiosos para los dientes que la que nos llega tratada y filtrada en botellas.Otra excelente opción para cuidar los dientes es consumir elementos crudos y algunas frutas. En este apartado se da especial importancia al apio y a las peras; el primero permite una buena limpieza de los dientes gracias a la gran cantidad de hebras fibrosas que lo forman, y que actúan como una especie de hilo dental de origen natural. La pera, en cambio, destaca por tener una capacidad de neutralizar los ácidos que se forman en la boca al comer de una manera mucho más eficaz que otras frutas, aunque también para desempeñar esta función también pueden servir, con algo menos de eficacia, las manzanas y zanahorias.
Finalmente, un producto poco conocido por su capacidad para mejorar el esmalte de los dientes es el aceite de sésamo o ajonjolí. Al consumirlo, en nuestra boca se inicia un proceso química que restaura parte de los minerales naturales de la dentadura.